Este es el blog de la Red Distrital

Desde este espacio buscamos establecer un contacto académico y extracurricular con los (as) estudiantes de sociología del país, informando de las actividades promovidas por la Red (ERES, CONES 2011 y las que vendran...) generando una herramienta para promover los medios alternativos de información y comunicación.

jueves, 7 de junio de 2012

CONVOCATORIA IX CONES Universidad de Antioquía (Medellín, Colombia)

Nuevas entradas en el blog dedicado al IX CONGRESO NACIONAL DE ESTUDIANTES DE SOCIOLOGÍA (http://ixcones.blogspot.com):

miércoles, 6 de junio de 2012

Sobre las ponencias

Las ponencias se deben entregar con las siguientes características: 
-Tener relación con alguno de los ejes, mesas o subtemas propuestos. 
-Presentar resumen (máximo 300 palabras) 
-Desarrollo de la ponencia: entre 13 y 20 páginas en formato Arial 12 y espacio interlineado de 1,5. 
-Formato de inscripción diligenciado: Título de la ponencia Autor (es) Universidad Correo Electrónico Teléfono/Celular Eje temático Mesa de trabajo Subtema Enviar al correo electrónico del CONES 2012: ixcones2012udea@hotmail.com FECHAS IMPORTANTES -Publicación convocatoria: 7 de Junio 
-Fecha límite de recepción de ponencias: 15 de Septiembre 
-Publicación Lista ponencias seleccionadas: 15 de Octubre
-Fecha del congreso: 6, 7, 8 y 9 de Noviembre.

Tema, Ejes, Mesas y Subtemas

TEMA 
Toda sociedad se encuentra atravesada por múltiples tensiones y antagonismos que pueden o no manifestarse de manera violenta y armada, entre diferentes actores sociales y sus intereses. El conflicto social tiene su origen en la disputa por recursos escasos, poder, estatus e incluso por determinados esquemas de pensamiento, con lo cual el conflicto deviene ideológico. Esta disputa puede darse bajo un marco común de valores o bajo sistemas normativos mutuamente excluyentes, lo cual aporta un matiz sociocultural muy importante que hay que tener presente en el análisis del conflicto. El conflicto es, pues, inherente a la sociedad. En el caso particular de nuestro país resulta evidente la existencia de una serie de problemas de orden social cuya solución no se vislumbra a corto plazo, y que están en estrecha relación con el surgimiento y desarrollo de los más heterogéneos procesos conflictivos. Algunos de ellos son: • La inequitativa distribución de la tierra, que no ha podido ser superada por los pretendidos intentos de reforma agraria realizados en el país, lo que ha conducido a la concentración de amplias extensiones de tierra por parte de una “clase” o sector social minoritario. Esta forma injusta de distribución de la tierra tiene profundas consecuencias tanto sociales, económicas y políticas, cuya permanencia y exacerbación dan cuenta de la escasez e ineficacia de las políticas públicas con proyección social en el país. • Las condiciones de vida de numerosos grupos étnicos, que con frecuencia se ven librados a la desigual confrontación con empresas privadas nacionales y transnacionales, así como al fuego cruzado entre los actores del conflicto armado. Tanto en uno como en otro caso, la dimensión territorial de los conflictos aflora, enfrentando esquemas de valores muy diferentes: por un lado, una ligazón cultural con la tierra y, por el otro, o bien un vínculo meramente utilitario que se rige solamente por el interés económico y la apropiación individualizada, o bien una pretensión no menos utilitaria de dominio y control armado del territorio. Todo esto ha de considerarse, no obstante, tomando las debidas precauciones para no caer en una idealización romántica de lo que se percibe como el lado “débil” del conflicto. • El conflicto armado, que ya se ha hecho crónico en nuestro país, y que arrastra tras de sí una enmarañada historia de violaciones a los derechos humanos y negociaciones fallidas. • El desempleo, la pobreza y la violencia urbana, problemas que aquejan cada vez con mayor intensidad a las grandes ciudades del país. • La escasa libertad política, que a veces se nos presenta bajo el disfraz seductor de la democracia. Este no es un problema que pueda solucionarse solamente a través de disposiciones legales e institucionales, sino que implica también una dimensión cultural y política cuyas raíces deban buscarse acaso en la lejanía de nuestra propia historia social. Dichos problemas tienen lugar en el marco de un conflicto interno que pone en juego estructuras de desigualdad social, objetivos colectivos contrapuestos y demandas que pugnan por el cambio social y la reestructuración de determinados órdenes establecidos. Es en este panorama donde surgen múltiples manifestaciones de resistencia, entendidas como estrategias que desarrollan diferentes actores en situación de vulnerabilidad o de sometimiento para la consecución de sus fines. Dichas manifestaciones ponen en evidencia que las estructuras de poder que se entretejen en medio del conflicto y sus dinámicas sociales no se imponen de manera absoluta sobre los sujetos. De tal manera el poder, lejos de constituir una negación de la resistencia, es su origen mismo, su ambiente y condición necesaria. Esto no quiere decir, sin embargo, que en todo lugar donde haya poder tenga que expresarse necesariamente una resistencia, pero puede afirmarse que ella se encuentra siempre allí como posibilidad, como “subjetividad excedente” que el poder no termina de “objetivar”. Con la resistencia el sujeto rompe la aparente fatalidad que lo obligaría a sucumbir pasivamente a las estrategias y condiciones del poder y asume su capacidad para liderar cambios, construir sujetos colectivos, desnaturalizar vínculos opresivos, transformar experiencias de dominación y desigualdad social y recuperar o construir formas de organización propias. En el contexto colombiano encontramos, por ejemplo, diversos procesos sociales y organizativos que giran en torno al conflicto y sus consecuencias, procesos que han ido tomando forma a lo largo de las últimas décadas y cuyas cristalizaciones actuales podemos ver en diferentes movimientos sociales y acciones colectivas, que dan cuenta, entre otras cosas, de una labor activa de control político efectuado desde distintos sectores de la sociedad. Es el caso del movimiento estudiantil, que a través de los años ha levantado su voz para exigir el derecho a una educación digna para toda la población, de las continuas y fuertes luchas llevadas a cabo por el movimiento indígena en defensa de su identidad, cultura y territorio o de las luchas campesinas que han hecho de su lema un objetivo legítimo: la tierra para quien la trabaja. Tales reivindicaciones, como muchas otras que se podrían nombrar, se constituyen a partir de dos dimensiones estrechamente relacionadas: identidad y memoria. La identidad, que aquí leemos en clave de las referencias comunes que pueden existir entre dos o más individuos, ha permitido que en muchas ocasiones sujetos de las más diversas raíces sociales se congreguen y decidan activar en conjunto una serie de estrategias para defender u obtener los derechos que les permitan disfrutar de una vida digna ejerciendo su autonomía. Sin embargo, esta coincidencia, esta comunión de intereses, no es espontánea o contingente, pues la capacidad de los sujetos para organizarse se encuentra determinada por los hechos singulares y concretos, propios y compartidos, que los han constituido. Por eso, el presente como momento histórico, como actualización constante del pasado que lo posibilita, requiere de la memoria para potenciarse. De ahí que no haya identidad sin memoria. Pero todas estas luchas se dan, además, en un territorio que emerge, más que como el espacio físico en donde perviven o conviven los sujetos, como la materialización de las relaciones dialécticas entre estos y el espacio. Así, el territorio es tanto campo de interacción entre los sujetos como espacio de reconfiguración de los mismos, en otras palabras, una estructura estructurante. Es así como en el ámbito de las ciencias sociales, el territorio, inicialmente concebido como un problema que concernía casi exclusivamente al Estado, empieza, a partir de las reivindicaciones de los grupos urbanos, étnicos y campesinos, a ser tratado como algo que involucra también lógicas subjetivas y culturales de construcción, resignificación y apropiación del espacio por parte de los grupos que lo habitan. Aparece así el territorio como espacio político, en tanto los procesos que en él se desenvuelven se encuentran atravesados por relaciones de poder asimétricas que pueden propiciar climas de hostilidad y confrontación entre las diferentes fuerzas presentes en la sociedad. Esto explica, por lo demás, que el control del espacio, su territorialización, sea arduamente disputado por todo tipo de actores, tanto públicos, privados, locales, nacionales, como transnacionales, bajo pretensiones de legalidad o mediante la fuerza bruta de las armas. 
 Así pues, y en consonancia con los elementos anteriormente reseñados, consideramos pertinente abordar el tema de conflictos y resistencias a partir de tres categorías fundamentales: territorio, identidad y acción colectiva, según la siguiente división temática por ejes, mesas de trabajo y subtemas: 
1. TERRITORIO, TERRITORIALIZACIÓN, PODER y ECONOMÍA 
Mesas de trabajo: A. Conflicto armado y violencia • Territorialidad y conflicto armado • Desplazamiento forzado y desposesión • Situación actual del conflicto B. Formas de apropiación, distribución y organización social del territorio • Ordenamiento territorial, políticas públicas, democracia y ciudadanía • Globalización, modelos de desarrollo y desigualdad social • Recursos naturales, medio ambiente y formas de acumulación • Estructura agraria en Colombia, reformas y contrarreformas • Espacialidades rural y urbana C. Identidad y territorio • Conflicto, cultura y territorio • Estado, territorio y nación 
2. IDENTIDAD Y DINÁMICAS SOCIOCULTURALES 
Mesas de trabajo: A. Historia y memoria B. Identidades: sexual, étnica, de género, de clase, entre otras. C. Conflicto e interculturalidad 
3. ACCIÓN COLECTIVA Y RESISTENCIA 
Mesas de trabajo: A. Movimientos sociales y procesos de organización colectiva para la resistencia • Movilización social y acción colectiva frente a la globalización, la pobreza y la exclusión social B. Procesos de resistencia y medios de comunicación • Redes sociales y movilización • Medios comunitarios y alternativos C. Resistencia no organizada • Resistencia en la cotidianidad • Resistencia a través del arte D. El Estado y la resistencia social • Resistencia armada, Estado y negociación del conflicto • Estado, contrapoderes y resistencia 
 4. OTRAS PROPUESTAS 
Si bien el conflicto social y la resistencia representan los temas centrales del congreso, consideramos importante abrir un espacio para reflexionar sobre otras temáticas, perspectivas metodológicas y teóricas, que permitan entre otras cosas dimensionar algunas tendencias de la investigación social en el país.

Presentación

CONVOCATORIA IX CONGRESO NACIONAL DE ESTUDIANTES DE SOCIOLOGÍA MEDELLÍN DEL 6 AL 9 NOVIEMBRE DE 2012 El Congreso Nacional de Estudiantes de Sociología se ha ido consolidando como un espacio idóneo para el fortalecimiento de nuestra disciplina y comunidad académica. Es allí donde anualmente nos congregamos estudiantes, profesores y colegas de las ciencias sociales y humanas para reflexionar sobre problemas propios de la realidad colombiana, latinoamericana y del mundo, confrontando diversas perspectivas teóricas y metodológicas. Poner en común el trabajo que se adelanta en los diferentes departamentos y comunidades académicas de sociología del país, intercambiar experiencias, evaluar la producción intelectual de los estudiantes, estimular el debate crítico y la construcción de conocimiento, representan prácticas fundamentales que permiten dicho fortalecimiento y presentamos, en ese sentido, como objetivos centrales de este congreso. Celebramos, por lo demás, la continuidad con que se ha realizado este evento desde el año 2004, pues denota un especial compromiso con el desarrollo de la sociología a nivel nacional. Este año la Universidad de Antioquia será la sede del IX Congreso Nacional de Estudiantes de Sociología. Esperando que de allí resulten contribuciones significativas al conocimiento y a la sociedad, proponemos el tema de “CONFLICTO Y RESISTENCIA: LA VOZ DE LOS ACTORES”. En principio, dos razones han motivado el interés por este tema; por un lado, la necesidad de dar cuenta de las dinámicas y problemas propios de la sociedad colombiana, a partir de un reconocimiento de la realidad que nos acaece en tanto sujetos sociales, involucrándonos, desde la investigación, en la cotidianidad social y política de nuestro entorno. Los congresos que anteceden a este han tendido a presentar dos tipos de reflexiones: unos se han concentrado en evaluar el estado de la sociología en Colombia, tal como el III Congreso en Valledupar (año 2006) con el tema de "Sociedad y Sociología: Balances y perspectivas nacionales y globales" o el IV Congreso en Medellín (año 2007) con “Nuevas configuraciones de la Sociología en Colombia”. Mientras que otros congresos se han ocupado de temáticas más específicas: “Políticas públicas y regionalización” (VI CONES, Barranquilla, 2009), “La sociología ambiental en Colombia” (VII CONES, Buenaventura, 2010), “Ciudad-Región: Desafíos a partir del pensamiento crítico latinoamericano” (VIII CONES, Bogotá, 2011). Estos últimos retoman en mayor medida ese interés por comprender desde nuestra disciplina “fenómenos sociales propios”. En el IX Congreso Nacional de Estudiantes de Sociología se pretende continuar con el enfoque del contexto colombiano, abriendo paso a discusiones sobre temas como conflicto armado, uno de los más complejos y representativos en nuestro país, distribución inequitativa de la tierra, vulneración permanente de los derechos humanos étnicos, territoriales, de género, laborales etc., movimientos sociales y acciones colectivas (a propósito de la reciente convocatoria de la Marcha Patriótica, del Congreso de los Pueblos, de las movilizaciones estudiantiles alrededor del proyecto de ley N° 112, entre otros), por mencionar algunos. Se trata pues de construir un panorama sobre algunos de los principales problemas y procesos sociales en Colombia, teniendo en cuenta las especificidades que cada región presenta. Por otro lado, consideramos importante que el conocimiento se vea nutrido por la perspectiva de los sujetos que protagonizan las realidades estudiadas. Estos, a través de sus experiencias y formas de representar y asignar diversos sentidos al mundo, enriquecen la comprensión de los fenómenos. Se trata además de abordar las diversas estrategias que los sujetos emplean para enfrentar situaciones de conflicto y vulnerabilidad. Parte de la necesaria relación entre Universidad y Sociedad consiste en este intercambio de saberes. De allí que pretendamos, a través del congreso, abrir un espacio para el diálogo con líderes comunitarios, movimientos sociales, organizaciones, víctimas, instituciones y actores sociales en general. De esta manera y con grandes expectativas abrimos la convocatoria nacional del IX CONES 2012, invitando a colegas, actores sociales y demás interesados a participar activamente. ¡Los esperamos!